sábado, 11 de septiembre de 2010

Diada de Catalunya...


Hola amigos/as:
Un año más y ante la incredulidad que mis oídos y ojos ven y escuchan días antes de éste tan importante día para los catalanes, también creo debería ser para el resto de los españoles. Muchos de ellos desconocen la historia, seguramente por intereses políticos (sean de derechas o de izquierdas). Estos políticos de marras nos mueven a su antojo y conveniencia, y en un mundo dónde la información a través de internet (debido a que los profesores lo explican mal o ni tan siquiera lo hacen) puede estar al alcance de todos/as, la lástima es que estamos más desinformados que nunca, lo que conlleva encendidas pasiones de desconocimiento de la historia, porqué claro, saber implica investigar, buscar y posiblemente, el ocio entendido como divertimento físico también puede ser aprendiendo, pero eso es cosa de cada uno. Para mí el ocio también es aprender, así que mientras los políticos nieguen la evidencia de la historia, éste será el artículo que publicaré todos los años para tan honrosa (o no) fecha. La historia esta para ser aprendida y la historia nos demuestra (por desgracia) como los políticos la tergiversan en pro de sus fines NUNCA para el pueblo, bueno, en este caso, todos los partidos políticos se aprovechan y tergiversan ésta nuestra historia: “todo para el pueblo pero… sin el pueblo”.

Todos saben que la Díada - el día que, desde mucho tiempo atrás, los catalanes declararon emblemático de su lucha histórica - conmemora una derrota: el feroz y despiadado asalto a la ciudad de Barcelona por las tropas borbónicas, al mando del mercenario inglés Mariscal-Duque de Berwick, el 11 de septiembre de 1714. Lo que ya no es tan sabido (porque lo ha venido ocultando la historiografía borbónica) es qué guerra era la que así concluía.
El 1 de noviembre de 1700 moría en Madrid el último rey español de la casa de Austria, Carlos II, a quien la historiografía borbónica ha presentado con las tintas más negras, `el Hechizado', un cretino, vástago de una familia degenerada que habría dejado hundirse a España en la postración de la que la habrían sacado luego el esplendor y la ilustración de la Casa de Borbón. Todo eso es un absurdo cuento pues su parecido con la realidad es el mismo que un huevo a una castaña.
Lo cierto es que el reinado de Carlos II marca el inicio de una recuperación económica que si no fuese por la guerra de sucesión y su desgraciado final (malditas guerras) hubiera sido mayor y mejor. Este reinado confirió protección a los interesas españoles teniendo principalmente un efecto de prosperidad en Catalunya (como no), pero no por bonitos o por favoritismos, si no por ser la región mas industrializada y comerciante de España (tomad nota).
Al carecer de herederos Carlos II (bajo la despreciable intriga pontificia y maquinaciones palaciegas sobornadas por Luis XIV – vamos la COPE de entonces -), redactó ya moribundo un testamento del todo ilícito (no se hizo según las formas correctas y además vulneraba el Tratado de los Pirineos de 1659 - que no me lo he leído - y en todos los demás preceptos del derecho Internacional de entonces) en el que legaba el Trono de España a un nieto de Luis XIV, el duque Felipe d’Anjou, mas conocido como Felipe V.
La Casa de Borbón perpetraba un atropello por el que gran parte del pueblo de España no estaba de acuerdo. La Casa de Austria tenía sobradas razones para oponerse a ese atropello ya que estaba en mejor derecho y contaba con el apoyo de la parte mas consciente y menos manipulada de los poderosos (que casualidad, los de Catalunya y Aragón), pero como sucede a menudo, no hubo confianza en la capacidad de respaldo popular.
El Borbón contaba con el corrupto apoyo de la nobleza castellana y de su población (influenciada por el clero secular – lo que yo decía la COPE -) y al Archiduque Carlos de Austria (alias Carlos III - el del coñac -)lo apoyaron los sectores lúcidos y reivindicativos del pueblo, principlamente de las regiones mediterráneas.
Felipe V entra en España por Irún el 23 de Enero de 1701 llegando a Madrid el 18 de Febrero y entronizado por los cortesanos el 8 de Marzo. Consciente de que a los catalanes no le hacía gracia se viene a Barcelona a celebrar unas Cortes el 8 de Septiembre con el beneplácito de la aristocracia.
Carlos III reacciona tarde (suponemos que no bajo los efluvios etílicos) y es proclamado rey de España el 13 de septiembre de 1703. El 14 de Octubre de 1705 los universitarios catalanes de entonces se alzan en su apoyo. Valencia lo hace el 16 de Diciembre y el 27 de Junio de 1706, Carlos III entra en Madrid jurando el cargo dos días después en Aragón.
La contraofensiva del Borbón es propiciada por la traición de Inglaterra (franceses e ingleses me suena a ese dicho popular que entre calé y calé no cabe el remanguillé – para que nos vayamos fiando) que abandona su causa para entenderse con el Borbón Felipe V.
Hasta el 19 de Marzo (San José) de 1713, la reina Mª Cristina esposa de Carlos III mantiene su corte en Barcelona y el 9 de Julio, tras una asamblea se decide a resistir a las tropas borbónicas en su asedio.
El Borbón y su esposa Mª Luisa de Saboya declaran ese mismo año de 1713 que los catalanes somos “forajidos y pillastres”.
El 6 de Marzo de 1714 se firma el tratado de Rastadt entre Francia y Austria en el que el gobierno de París renuncia a los territorios españoles de Bélgica, Luxemburgo e Italia.
Mientras, Barcelona es sometida a un terrible asedio por parte de tropas borbónicas al mando del mercenario Mariscal–Duque de Berwick (Generalísimo de las Dos Coronas) y tras un ataque sin cuartel, da orden de asalto el 11 de septiembre de 1714 (habiendo amenazado con pasar a cuchillo la población si se prolongaba la resistencia antiborbónica). Mallorca resiste a los borbónicos hasta el 2 de Junio en que es tomada Palma.
Aquellos que lucharon contra el Borbón, veían en Carlos III una causa por la que España sería mas justa y libre, en la que se cumplieran las Leyes, un Estado de Derecho en el que el Rey no pudiera disponer del reino a su antojo y nombrando sucesor a quien le diera la gana en contra claro está del despotismo borbónico. De ahí viene una famosa y célebre frase de Antonio de Villarroel, General en Jefe de Catalunya y Comandante de la Plaza de Barcelona en la que proclamaba: “Combatimos por toda la nación española”, en la que se resume que el patriotismo desesperado de 1714 no era únicamente catalán sino español (omitida esta frase por los vencedores).
Después de esa fatal fecha en que España entera cayó en manos de la Casa de Borbón en vez de progreso vino de nuevo la tortura, la Inquisición y un sistema Penal de dedo (y eso que eran ilustrados) hasta que Napoleón Bonaparte los echó del poder en 1808.
En fin amigos, un poco de historia no viene mal, pero entre esta Guerra de Sucesión (1705 – 1714) y la Guerra Civil (1936 – 1939) hay grandes diferencias pero una única causa común: la lucha por las libertades por y para el pueblo.
De ahí que no exclamó VIVA ningún País, si no: VIVA LA LIBERTAD. Un abrazo

TONI

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