domingo, 1 de julio de 2012

En el País del Sol Naciente...

Mis queridos/as amigos/as:

Ya hace tres semanas que regresé del País del Sol Naciente. En principio, y sin lugar a dudas, uno de los mejores viajes de mi vida. Evidentemente el de Israel, fue también un viaje espiritualmente excepcional, fantástico. Pero éste, ha sido único, genial, tanto a nivel espiritual como de experiencias.
Estar en el País dónde se unificó y se le puso nombre a una serie de técnicas a manos vacías o desnudas (eso significa KARATE: mano vacía), y de ahí, al mundo entero, es algo digno.

Debo confesar que todo aquello que me hacía cierto respeto, al final, haciendo las cosas de la única manera que en principio deberían de hacerse, aclaro, BIEN, pues sigo creyendo que todos sabemos hacerlas BIEN, sólo que hacerlas de la otra manera es más fácil, no conlleva integración ni integridad.

Habían abierto tantas expectativas, habían comentado tantas cosas del hacer del Karate en Japón, que uno iba casi medio diciéndose y preguntándose: “¿estaré a la altura?”… Pues debo de confesaros de que SI.Y apreciado Dani, tengo que decirte que ese instinto de autosuperación de los japoneses, es verdaderamente increíble. Pero el mío también lo es, y se dieron buena cuenta de ello. Les costaba creerse que Mi Maestro no fuera japonés, con lo que muchas veces, no depende del Alumno, sino del Maestro y de sus enseñanzas. Y el Karate te enseña a auto superarte cada día, pero no con un oponente cualquiera, sino con el mejor que puedas tener siempre: a ti mismo.

La verdad, todo es increíble en Japón. Mi primer viaje a Asia, y encima a Japón. A un País dónde aquello que tanto amo es algo que lo consideran Arte y NO deporte. De hecho es un Arte. Dominarse a si mismo, utilizando las técnicas y la educación física simplemente como un vehículo para llegar a SER (uno mismo con todo).
No quisiera centrarme en esto, ya tendré más tiempo. Ahora quisiera escribiros que es un País con mucha autodisciplina, mucha conciencia de grupo, todos a una para salir adelante. Pero por el contrario, también es un País de muchas carencias emocionales y afectivas comunicativas.


Son un pueblo extremadamente amable, y agradecido. Su cultura del esfuerzo se concentra en: para gozar, primero debes de esforzarte. Sin esfuerzo no hay superación.
Vamos como en Occidente, dónde lo primero que queremos es obtener las cosas ya y encima sin esfuerzo, es decir, directamente al gozo y al disfrute. Ese valor lo hemos perdido, y ahora con el tema de la crisis, la palabra ESFUERZO está en boca de aquellos que se dicen los que nos sacarán, pero ellos ahí, sin esforzarse y pidiendo al pueblo soberano que si lo haga.

Como dicen ellos: al problema le buscamos la solución, y en Occidente, buscan el problema a la solución.

No quiero halagar esa forma de vida, pues como comentaba antes, poseen demasiadas carencias afectivas, y recordemos la historia, hasta hace poco, Japón era un País cerrado al mundo, con lo que su cultura, sus costumbres medievales estaban prácticamente intactas. Mientras en Occidente, con la evolución, todo lo que admiramos de su cultura, aquí la habíamos perdido y despreciado en pos de la modernidad.
Ellos conviven armónicamente respetando su historia, preservándola y combinándola con la modernidad. No olvidan, simplemente para seguir avanzando, lo negativo intentan limpiarlo cuánto antes, embelleciendo todo lo que les hace estar bien.

En fin, amigos y amigas, hasta aquí llego hoy, mañana más. No prometo hacerlo mejor pero si que haga lo que haga lo haré de la mejor manera posible.

Un abrazo

TONI